Dar a luz




Suponemos que se puede educar la mente de un niño sin prestar atención a su cuerpo. 

Acaso logremos embutir algunos datos en su cabeza por el miedo que le hemos inspirado de que después no va a valer para nada, o de que lo vamos a castigar. 

Pero, esos datos o esa información no se convierten en saber mientras no se relacionen con la experiencia del cuerpo.


Cuando descendemos a esa zona fronteriza en que la conciencia del cuerpo toca al inconsciente, nos percatamos de que lo inconsciente es nuestra fuerza, en tanto que la conciencia es nuestra gloria.

Sentimos la unidad de la vida y comprendemos que la vida es el significado de la vida.