Es un árbol

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El “Árbol” y el individuo. En el ser humano donde reside el potencial para su realización total, pero hay que actualizarlo por medio del trabajo y esfuerzo consciente, buscando con sinceridad por aquellos que en verdad están dispuestos a hacer uso de su voluntad, evolucionándola, y así lograr la experiencia.



Transformando todo aquello que ha sido desvirtuado o aprendido por repetición, tradición y herencia humana; la cual en el estado en el que se encuentra, ciertamente atenta y obstruye el recuerdo original de quienes verdaderamente somos.. y para lo qué fuimos hechos.




Verbo




Cada persona retiene una chispa de bondad en su naturaleza original, con la que nacemos. En el transcurso de nuestra interacción con el mundo nuestra naturaleza original se va oscureciendo; nos volvemos egocéntricos, acumulamos vicios y malos hábitos.
Sintiendo con más claridad la propia unidad psicofísica uno puede vivenciar conscientemente los patrones de tensión, acompañando a sus pensamientos, acciones, y sentimientos.

Además de los aspectos físicos, sirve para reencontrar el cuerpo y la mente.



Uno no puede transformar el cuerpo sin transformar la mente. La finalidad de la alquimia interna es “retornar a la Fuente”, concepto que tiene varios niveles de significado: en un primer nivel, “retornar a la Fuente” significa retornar al “cuerpo original”, caracterizado por una buena salud y una energía sin límites. Este “cuerpo original” tiende a deteriorarse a medida que crece y se desarrolla en el mundo.


A otro nivel, “retorno a la Fuente” significa retornar a nuestra naturaleza original de compasión y desapego de uno mismo.

Conocer es recordar


En función del tipo de ambiente, del tipo de atmósfera que nos envolvió nos fuimos construyendo unos mecanismos inconscientes de defensa, un “abrigo” que nos permitió sobrevivir a dichas vivencias e impresiones. Son esos mecanismos de defensa lo que con el tiempo han pasado a dar forma, a lo que es ahora nuestro carácter, nuestra personalidad, nuestra “máscara”.


En el momento en que tú percibes tu entorno hostil, cada uno comienza a construir unos mecanismos de defensa, que pueden tomar el control y dar forma a tu nuevo carácter, a tu nueva personalidad.

Cuando interiorizas esta situación, comienzas a dejar de luchar, de esforzarte, por conseguir lo que en realidad nunca te había hecho falta, a partir de ese momento, sin esfuerzo, de manera espontánea, emerge en uno lo que siempre fue.