Viento, y Marea
Tú no haces, ni yo hago... Sentados un rato a conocernos a nosotros mismos; las conciencias se liberan... ... Jugamos en el valor de esa paz, y confiamos.
Pero nuestras palabras se fugarán, y atrás quedarán nuestros cuerpos pesados.
En estos momentos livianos, ya desnudos,
oímos sin escuchar, vemos sin mirar,
y sabemos sin conocer.