
Cada persona retiene una chispa de bondad en su naturaleza original, con la que nacemos. En el transcurso de nuestra interacción con el mundo nuestra naturaleza original se va oscureciendo; nos volvemos egocéntricos, acumulamos vicios y malos hábitos.
Sintiendo con más claridad la propia unidad psicofísica uno puede vivenciar conscientemente los patrones de tensión, acompañando a sus pensamientos, acciones, y sentimientos.
Además de los aspectos físicos, sirve para reencontrar el cuerpo y la mente.

Uno no puede transformar el cuerpo sin transformar la mente. La finalidad de la alquimia interna es “retornar a la Fuente”, concepto que tiene varios niveles de significado: en un primer nivel, “retornar a la Fuente” significa retornar al “cuerpo original”, caracterizado por una buena salud y una energía sin límites. Este “cuerpo original” tiende a deteriorarse a medida que crece y se desarrolla en el mundo.

A otro nivel, “retorno a la Fuente” significa retornar a nuestra naturaleza original de compasión y desapego de uno mismo.
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