El modelo mecanicista del universo dominó todo el pensamiento científico. Así, las leyes de la naturaleza investigadas por los científicos fueron consideradas invariables y eternas, a las que el mundo se hallaba sometido.
Ésta tendencia a clasificarlas tiene su importancia hasta nuestros días, pues la mayoría de los individuos son conscientes de sí mismos como egos aislados, que existen "dentro" de sus cuerpos. La mente fue separada del cuerpo y se le asignó la fútil tarea de controlarlo, causando así un aparente conflicto entre la voluntad consciente y los instintos involuntarios. Cada individuo fue además dividido en un gran número de compartimentos separados, de acuerdo a sus actividades, sus talentos, sus sentimientos, sus creencias...
El pensamiento de que todos esos fragmentos -en nosotros mismos, en nuestro entorno y en nuestra sociedad- están realmente separados, puede considerarse como la razón esencial de la presente serie de crisis sociales, ecológicas y culturales. Nos ha disgregado de la naturaleza y de nuestros congéneres humanos.
Superando ahora esa fragmentación aparece la idea de unidad con una visión "orgánica". Pues todas las cosas y los sucesos percibidos por los sentidos están conectadas e interrelacionadas, trascendiendo la noción de ser un individuo aislado e identificándonos con la realidad última, espiritual y material al mismo tiempo.
Dado que el movimiento y el cambio constituyen las propiedades esenciales de las cosas, las fuerzas que causan el movimiento no están fuera de los objetos, sino que son una propiedad intrínseca de la materia.
Ésta tendencia a clasificarlas tiene su importancia hasta nuestros días, pues la mayoría de los individuos son conscientes de sí mismos como egos aislados, que existen "dentro" de sus cuerpos. La mente fue separada del cuerpo y se le asignó la fútil tarea de controlarlo, causando así un aparente conflicto entre la voluntad consciente y los instintos involuntarios. Cada individuo fue además dividido en un gran número de compartimentos separados, de acuerdo a sus actividades, sus talentos, sus sentimientos, sus creencias...
...
El pensamiento de que todos esos fragmentos -en nosotros mismos, en nuestro entorno y en nuestra sociedad- están realmente separados, puede considerarse como la razón esencial de la presente serie de crisis sociales, ecológicas y culturales. Nos ha disgregado de la naturaleza y de nuestros congéneres humanos.
Superando ahora esa fragmentación aparece la idea de unidad con una visión "orgánica". Pues todas las cosas y los sucesos percibidos por los sentidos están conectadas e interrelacionadas, trascendiendo la noción de ser un individuo aislado e identificándonos con la realidad última, espiritual y material al mismo tiempo.
Dado que el movimiento y el cambio constituyen las propiedades esenciales de las cosas, las fuerzas que causan el movimiento no están fuera de los objetos, sino que son una propiedad intrínseca de la materia.
Foto central de Pat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario