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Cuando se descubra lo finito, desaparecerá el autor.
Los recuerdos felices, o desdichados se perderán con él.
Y quedarán las fotografías, con esa extraña forma de belleza que poseen sus imágenes desmemoriadas.
E irán penetrando en el viaje solitario en el que la mente da vueltas, preocupándose por dar respuestas a los conflictos de la vida.
En contacto con el silencio interior... donde resuenan...
sus historias.