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En el principio, el equilibrio universal que antecede a la Creación, se escinde en dos fuerzas opuestas:
La conciencia inmutable y su poder activo. Un núcleo estático y un principio dinámico;
Desde la energía más sutil a la materia más densa, el universo entero es manifestación del Impulso Creador de la Vida y el Cambio.
En la infinita noche que precede a la vida: ambos principios duermen abrazados en una unidad indistinguible.
Con su separación se origina un ciclo universal que no finalizará hasta que ambos se unan de nuevo en una sola consciencia que abarque toda la Creación.